01 marzo 2014

Caso a parte

Tengo la necesidad incesante de tener a alguien con quien hablar sinceramente de todo. Y sé que contigo no puedo, al menos de esto, porque me corto, porque me cortas.
He llegado a un punto en que creo que soy la única con la que puedo hablar fielmente, y ni así estoy a salvo de los juicios, de los míos propios.
Y no hay quien se aclare, no así.

He descubierto que necesito amig@s, de esos que son más herman@s que amig@s.
He descubierto que soy una egoísta, y de tan generosa que soy me convierto en tonta.
He descubierto el dolor y el insomnio, el volverme loca y no tener retorno, el estar tan cuerda que no puedo soportarlo, el no saber qué quiero, el tenerlo tan claro...

Y demasiadas veces pienso que hemos llegado demasiado lejos, que quererte demasiado no puede ser bueno, porque demasiado pronto te cojo odio, y demasiado pronto volvemos a enamorarnos.

20 días de amor por cada 10 de desesperación. Demasiado tiempo sin escribir ni sin cantar una canción. Soledad eternamente acompañada.

Relaciones de dos,  demasiado verticales por mi parte, demasiado resignadas por la tuya. Demasiado a solas, pero no podemos estar con nadie más, porque sólo sabemos comportarnos entre nosotros. Sólo nosotros, sólo nosotros.

Ni un hombro en quien confiar que no seas tú. Demasiado poco respeto te tengo, demasiada poca confianza, demasiada apatía hoy.

Nosotros, caso a parte.